Dios quiere que seamos libres de las deudas


Veamos algunos textos y conceptos sobre este tema:


En Proverbios 22, se señala claramente

7. El rico domina a los pobres, el que toma prestado es esclavo del que presta

Dios no nos quiere esclavos, por tanto, es su voluntad que busquemos las formas de ser autosuficientes y no deber dinero a los demás.

Por ello, también se indica que es malo abusar de la gente humilde, 


Éxodo 22:25

25 Cuando prestares dinero a uno de mi pueblo, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero, ni le impondrás usura.

Reina-valera-1960


Milagros financieros

Existen 2 tipos de milagros financieros. En primer lugar el “Milagro de liberación”, estos comprenden aquellos milagros que nos libran de una situación puntual, Dios nos libra de una deuda, un juicio, multiplica recursos para pagar, etc. 

Pero como Dios no quiere que constantemente estemos pidiendo auxilio para recibir un milagro de liberación, desea que aprendamos el segundo tipo de milagro financiero. “Milagro de abundancia”, este milagro trae a nuestra vida libertad permanente.


Prosperidad

Cuando definimos prosperidad según la perspectiva bíblica, podemos observar que no se trata sólo de tener medios económicos tener un alto nivel de gastos, sino que es más profundo y trascendente. 

Cuando entiendo que Cristo se hizo pobre para mi riqueza. Cuando me concentro en el hecho central de la cruz. Puedo ver surgir el concepto de “redención” = rescate = libertad. Jesús nos hizo libres. Ojo, porque no se trata de liberación ya que estaríamos hablando de algo puntual, sino de libertad, concepto que nos lleva a pensar en algo permanente.


Gálatas.5.1,13 1

12. Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. 

13Porque vosotros, hermanos, a libertad fuisteis llamados; solamente que no uséis la libertad como ocasión para la carne, sino servíos por amor los unos a los otros.). 

El pueblo de Israel vivió necesitando constantemente liberación, nunca tuvieron verdadera libertad. Cuando nosotros no entendemos este concepto entraremos en el mismo circulo de deuda = esclavitud, necesidad de liberación.


Libertad financiera

Es tener lo antes posible todo lo necesario para poder dedicar mi vida al propósito que Dios determinó para mi.

Muchos han sido esclavizados, encadenados financieramente por el diablo. Pero Cristo puede traernos libertad a través de los siguientes pasos:

Yo soy un dador: La sociedad nos dice que cuanto más gastamos más felicidad tenemos. La biblia dice “..más bienaventurado es dar que recibir..”. “Dad y se os dará..”. 

Para que haya multiplicación es necesario que primero haya alguien que dé. Milagro es cuando nos asociamos con Dios en función de lo que necesito, cuando espero que Dios haga todo sin mi participación estoy aplicando un pensamiento mágico y Dios no hace magia. 

Dios puede multiplicar lo que yo le de primero. Razón por la cual debemos hacer del dar un estilo de vida (diezmos, ofrendas, tiempo, etc).

Yo soy un ahorrista: No tiene que ver con lo que gano, sino que es una cuestión de administración. Para poder ahorrar hay que estar determinado a hacerlo. (Prov.21.5,20  5 Los pensamientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia; Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la pobreza. 20 Tesoro precioso y aceite hay en la casa del sabio; Mas el hombre insensato todo lo disipa.) Después de determinarnos y para evitar traicionarnos a nosotros mismos debo tener un presupuesto. La libertad no está determinada por lo que gano, pero si por lo que gasto. Un presupuesto me da control sobre lo que gasto, siempre estoy en el marco de gastos planificados, yo gobierno sobre mis decisiones. De esta manera evito que mi esfuerzo se me escurra entre los dedos sin control. El agua de mi esfuerzo (Ej. Bodas de Caná Jn.2.1-12) Dios a través de un milagro la transforma en vino.

Yo soy un emprendedor: Si con el ahorro no me alcanza para independizarme económicamente, tengo que transformarlo en un emprendimiento. Para esto tengo que pedir a Dios la estrategia. Cuando Jesús hizo el milagro de la multiplicación de los panes y los peces (Mt.14.17; Mc.6.38), primero le dio a sus discípulos una estrategia “..en grupos de ciento en ciento..”. Debemos pedirle a Dios revelación de que emprendimiento desarrollar y como hacerlo para que nuestros ahorros se multipliquen.

Yo soy un inversor: El resultado del emprendimiento que Dios nos reveló no deberá ser destinado a incrementar nuestros gastos regulares, sino que tendremos que invertirlo en algo que nos de una renta fija equivalente a lo que necesitamos para cubrir nuestro presupuesto mensual. Tengo que pedirle a Dios que me ayude a cambiar mi mente de consumidor a inversor. Decirle que no a la gratificación inmediata y aprender a pensar en largo plazo.

Yo soy libre financieramente: Los milagros son pactos con Dios. Yo hago mi parte y Dios pone lo sobrenatural. 


Esperar que Dios haga todo es estar esperando que Dios haga magia. Dios no hace magia, hace milagros. 

Volviendo al milagro de la alimentación de los 5000, lo primero que hizo Jesús fue preguntarle “..qué tienen..” y a partir de la respuesta “..sólo 5 panes y 2 peces..” es que hizo el milagro de multiplicación y de abundancia ya que sobraron 12 cestas llenas, tuvieron que poner algo. Debemos desterrar de nuestra mente este pensamiento mágico y empezar a planificar y hacer nuestra parte. 


Reflexiones finales

Si quiero ser libre financieramente tendré que dar, tendré que ahorrar, tendré que emprender con la guía de Dios y tendré que invertir. 

Dios se encargará en cada momento de poner su toque extra a lo normal y de superar ampliamente nuestras expectativas. 

Quizás esperábamos una gran revelación o un secreto nunca descubierto. Es más, probablemente los pasos nos resulten conocidos y hasta obvios. 

Pero la realidad nos muestra que son pocos los que los tienen como prioridad en su vida y el resultado es que no son libres. El camino hacia la libertad financiera está marcado. Sólo queda que tomemos la decisión de empezar a transitarlo.

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